Nuevamente cruzamos la frontera entre Uruguay y Brasil.
Las ciudades de Río Branco (UR) y Yaguarón (BR), están unidas por el
Puente Internacional Barón de Mauá, que cruza el Río Yaguarón.
Este vistoso puente, fue inaugurado en 1930.
Además del tránsito vehicular, el ferrocarril también lo hacía trasladando
la producción del sur del Estado de Río Grande, hacia el puerto de Montevideo.
La mayoría de las estaciones ferroviarias uruguayas, se encuentran en estado de abandono.
La de Río Branco, capital del Depto. de Cerro Largo, es una de ellas.
La ciudad, declarada Patrimonio Histórico Nacional, fue fundada en 1800.
Este territorio hoy brasilero, formaba parte de la Banda Oriental
antes de las independencias de Uruguay y Brasil.
Las incursiones de los "bandeirantes", y las invasiones del ejército portugués
a partir de 1815 terminaron por anexarlo definitivamente al Brasil.
Los "bandeirantes", grupos armados por descendientes de portugueses,
nativos e indígenas, eran la avanzada del Ejército Portugués
en la incorporación de nuevos territorios al Imperio.
Lo hacían de forma muy violenta.
Varias tribus locales que eran sus aliados, terminaron siendo enemigas,
en defensa de otros pueblos originarios atacados.
Al estar construida sobre las sierras, y por la muy buena conservación de la
arquitectura de fines del Siglo XIX y principios del XX,
es muy agradable recorrer sus calles adoquinadas con piedras de la zona.
El Río Yaguarón, afluente de la Laguna Merín, es recorrido por
pequeñas embarcaciones para la pesca artesanal.
El principal punto de pesca es la laguna, a la que acceden luego de 3 o 4 horas de viaje.
Pero también extraen artesanalmente arena de las numerosas playas cercanas.
Con la borda al ras del agua, cargan 2000 kilos de arena en cada viaje.
Esta casa construida en 1886, pertenecía a Carlos Barbosa Goncalves.
Médico y vinculado al negocio agropecuario e industrial de la zona, fue un
influyente político de fines del Siglo XIX y principios del XX.
Para estar al tanto de los vaivenes políticos que sucedían en Poto Alegre,
hizo instalar la primera línea telefónica de la zona.
Una lámpara eléctrica del año 1920, aún se mantiene funcionando,
el grueso filamento de carbono lo permite.
La casa, se conserva de manera excepcional debido a que su hija más jóven
cerró la casa luego de la muerte de sus padres.
Cumpliendo el mandato familiar y tradicional, Eudoxia "la doncella",
murió soltera para cuidar a sus padres hasta la muerte de ellos.
La familia Barbosa no tuvo descendientes.
Por ello, todos sus bienes forman
parte de una Fundación que los administra.
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